Vendí mi alma al diablo
para poder pagar
el precio de amar
a tu maldito corazón
y aún así no se conformó
con el valor de mi alma
tan podrida que estaba
tendida en tu cama,
enredada en tus sábanas
y tú pidiendo más.
No tuve más que vender
que mi cuerpo
eso incluía mi corazón,
¿Ya quién te iba a amar?
Ya no tenía mas nada que dar
tan sólo mi dignidad;
''Si nunca recibes más
de lo que das''.
Yo que te dí mi alma y mi cuerpo
tu solo dabas precios
para merecer tu corazón
yo que te regalé todo
tu no me dabas nada,
entre más no podía quererte
más te amaba,
pero para nada,
te quedaste con toda mi alma
con todo mi cuerpo,
con mi corazón
con mi pensamiento
y un poco de rencor.
Me entregué entero
y el diablo me devolvió desecho,
sin nada,
sin alma
sin cuerpo,
ahora sólo soy
otro más que vendió todo
para obtener tu corazón.
''Siempre el que más ama
termina perdiendo''.
Miguel Aular.